INCONEXIÓN PERIFÉRICA, en "Radiografías Urbanas", por Máximo Domínguez Quesada

Radiografías Urbanas 

por Máximo Domínguez Quesada

INCONEXIÓN PERIFÉRICA

   Los pacenses, vivimos en un país al suroeste de Europa, en una región al suroeste de España y en una ciudad al suroeste de Extremadura. Podría decirse, y permítaseme la expresión, que somos “suroesteños”. Pero lo que realmente sí somos es periféricos, que por ende no debía significar nada más que estar alejados del centro neurálgico de una unión de estados, país o región, pero que sin embargo en nuestro caso comporta estar totalmente aislados del resto del mundo. Resulta paradójica esta situación en la que es de facto la ciudad más importante de Extremadura y la tercera capital más poblada de la submeseta sur. Es inconcebible que en uno de los países más desarrollados del mundo en infraestructuras de comunicación, en pleno siglo XXI, siga existiendo tal grado de marginalidad para con algunos territorios y ciudades.

   En pleno periodo estival nos desayunábamos con la noticia de que la Junta no tiene entre sus prioridades la construcción de la autovía Badajoz-Cáceres. Y a inicios de septiembre, con la vuelta a la normalidad, hemos sido víctimas del atraso del que llevamos años siendo testigos. Prevalece la necesidad de unir nuestras dos capitales de provincia por autovía y dar a Badajoz salida directa mediante ella al norte de España. Pero no es sólo esa carencia la responsable de la inconexión periférica de la que adolece Badajoz. La falta de comunicaciones es generalizada. Un único acceso decente tenemos por autovía, como mandan los cánones de la modernidad. El resto, parece de película en blanco y negro que bien podría titularse “Regreso al pasado”. Porque son esas carreteras generales por las que se llega a Badajoz desde todos los puntos del territorio nacional, a excepción de la A5, una verdadera estampa del pasado que no se merece una ciudad con más de 150.000 habitantes situada estratégicamente en el corazón del tridente Madrid-Lisboa-Sevilla. Además, el despegue económico de Extremadura para abandonar el Objetivo 1 de la UE pasa inexorablemente por que Badajoz sea una ciudad competitiva de primer nivel, que actúe de tractor económico regional. Y eso no es posible mientras sea una ciudad mal comunicada y falta de infraestructuras, conectada al norte y al sur por carreteras nacionales, sin AVE ni tren rápido, sin rondas de circunvalación (principalmente en la zona sur), sin túneles para descongestionar el tráfico en la antigua N-V y con un aeropuerto intermitente con pocos y deficientes puentes aéreos.

   Todas ellas son infraestructuras vitales para el desarrollo económico de la ciudad y de Extremadura. Sin ellas, Badajoz seguirá sufriendo la inconexión periférica propia de una ciudad de regreso al pasado. Seguirá siendo un enclave estratégico sin estrategia. Seguirá siendo un futurible, una tierra prometida y prometedora donde los políticos prometen todo y no hacen nada. Así las cosas seguiremos siendo una sociedad despojada de la posibilidad de cabalgar por la modernidad que demanda nuestro tiempo.