EXPEDIENTE X
Les voy a contar un secreto, pero por favor no se lo cuenten a nadie..
Se acuerdan de David Duchovny, ese actor ninfómano que inmortalizó al mítico agente del FBI, Fox Mulder, que resolvía Expedientes X, junto a la siesa de Dana Scully. ¿Lo recuerdan verdad?
Pues bien, en realidad él se llama Fox Mulder, lo que ocurre es que cuando llegó a la universidad, decidió cambiarse el nombre por el de David Duchovny, ya que en la época del instituto lo pasó muy mal por las constantes bromas que se le hacían en referencia a su nombre y a su madre…
Se preguntarán como sé todo esto, y es que he de confesar que yo he sido guionista de Expediente X. Participé en gran parte de la trama de esta magnífica serie. Por ejemplo, yo creé al personaje del fumador. Para ello me inspiré en nuestro actual alcalde y su adicción al tabaco; El slogan de “la verdad está ahí fuera” se me ocurrió un día de resaca intentando recordar lo que había hecho la noche anterior…, y es que cuando me lio, al día siguiente sufro la misma amnesia que algunos de nuestros políticos tras las campañas electorales…
Bueno, el caso es que esta serie, a pesar de contar con guionistas de tan alta calidad como yo, en realidad se fundamentaba en casos reales. Un día con el rollo de documentarnos para la serie, conseguimos permiso para visitar las oficinas de la C.I.A. y del F.B.I.. Mulder y yo, en un descuido, nos colamos en una habitación oscura en la que encontramos innumerables Expedientes X. Los había de todo tipo. Algunos hablaban de extraterrestres, otros de fantasmas, otros de proyectos de rehabilitación de la Alcazaba de Badajoz y alguno que incluso explicaba el motivo de que la estatua de Bienvenida a los portugueses siga tirada en un rincón de IFEBA..Al final, fotocopiamos un porrón de estos expedientes X y salimos por patas de allí.
¿Y a qué viene esta batallita?. Pues a que en uno de esos expedientes se hablaba de la existencia de una realidad paralela a la nuestra y el modo de acceder a ella. No les voy a contar la manera, pero el caso es que conseguí trasladarme a esa realidad alternativa con el fin de conocer como estaba Badajoz en ese mundo alternativo.
Nada más llegar allí, me quedé impresionado. La ciudad estaba superlimpia. Había papeleras, pero no de esas cutres de color verde que hay en nuestra realidad. No, no, PAPELERAS DE DISEÑO, una verdadera pasada. Otra de las cosas que me impresionó, bueno más bien, provocó que me desmayara, es que las murallas estaban intactas. No se habían derribado con la expansión urbanística de los 60. El casco histórico estaba completamente amurallado…
Estaba totalmente aturdido, así que para informarme mejor decidí buscarme a mí mismo, es decir al Yo de esta realidad paralela. No me costó encontrarme, al fin y al cabo, quién mejor que yo para saber por donde ando. El encuentro fue extraño, pero tras el impacto y la explicación pertinente mi otro Yo, comenzó a contarme:
Resulta que el discurrir de la Historia había sido prácticamente el mismo. España había tenido que soportar la dictadura de Paco, pero esta no fue tan dañina para nuestra querida Extremadura, aunque el verdadero cambio, estuvo en el momento de las Autonomías. En esta realidad paralela, Extremadura no había tenido que sufrir a Ibarra. Por suerte para ellos, don Juan Carlos seguía opositando para Magisterio con lo que el sentido común imperó en el desarrollo de la región. Extremadura también partió en esa época de los últimos lugares, pero 25 años después, supo explotar todos sus potenciales y la región había dejado de ser reducto de borregos de partido y de gañoteros de subvenciones.
Así que, por suerte, no se habían hecho experimentos fallidos de reconversión rural a urbana y se había impuesto la lógica del resto de CCAA, con lo cual Badajoz era la capital extremeña. Cuando le contaba a mi otro yo todas estas cosas y que por ejemplo Guijuelo era una de las grandes marcas que se relacionaban con el jamón Ibérico, el pobre no daba crédito. Y era normal su estupefacción, ya que en esta realidad, Extremadura contaba con grandes industrias agroalimentarias con enorme prestigio en España. Nuestros quesos y productos derivados del cerdo, competían por liderar el mercado español y se abrían paso en Europa, y los vinos de Tierra de Barros compartían con los Riojas o los Ribera del Duero fama y volumen de ventas.
Todo esto porque en esta realidad se potenció y se explotó, en su momento, todos estos recursos. Cuando le contaba a mi otro Yo que en nuestra realidad el gran proyecto industrial era una refinería en Tierra de Barros, no daba crédito:”-¿En Tierra de Barros?. Pero si ahí hay potencial de sobra para desarrollar otro tipo de industria…¡¡¡Que Barbaridad!!!.”
En esta mundo paralelo, en el aeropuerto de Badajoz operaban diversas compañías. Evidentemente se había promocionado Extremadura como un destino turístico de gran riqueza monumental y natural. Fíjense que Badajoz iba a FITUR con una oferta real que no decepcionaba cuando era visitada.
Además, en esta realidad Celdrán ya se había marchado tras dos legislaturas muy dignas, gracias a que en la oposición hubo una alternativa cualificada, comprometida con la ciudad y no con el partido…
Para redondear el paraíso, en este paralelismo dimensional, no había ningún habitante de Soria manejando asociaciones a dictámenes de partidos políticos. Tampoco había arqueólogos frustrados por su falta de protagonismo ni arquitectos subvencionados con deseos de pasar a la posteridad. Los colectivos ciudadanos eran tomados en consideración y para colmo, el C.D. Badajoz estaba en primera aspirando por una plaza de Champions, con lo que los aficionados blanquinegros no tenían que ir a los pueblos extremeños a ver como el Badajoz arrasaba con goleadas humillantes y tampoco tenían que aguantar a periodistas ultras de equipos desaparecidos, que usaban los medios de comunicación públicos de la región para mostrar sus complejos y sus odios a todo lo relacionado con la capital pacense…
En realidad es normal que el Yo alternativo no entendiera nada de nuestra realidad porque si, objetivamente, hacemos un repaso de los atractivos turísticos de Badajoz, diríamos que la ciudad tiene un potencial tremendo: Un importante y variado número de museos, la Alcazaba en su conjunto, con Espantaperros imponente al frente, Puerta de Palmas, la Catedral y demás templos católicos dignos de visitar por cualquier ateo amante del patrimonio, el puente viejo, el Real(¿por qué no?,) la Plaza de la Soledad, la Plaza Alta, el Fuerte de San Cristóbal, las callejuelas del Casco Antiguo, y por supuesto las murallas y baluartes de nuestro recinto abaluartado.
A todo esto habría que añadir la nueva dimensión del concepto turístico que no se limita ya exclusivamente al poso vivo que la historia ha dejado en nuestro entorno urbano, con lo que resultan reclamos turísticos para nuestra ciudad sus carnavales, el pujante comercio de Badajoz, su oferta gastronómica y de ocio y sin olvidar la importancia del turismo congresual.
Y ello sin olvidar la situación geográfica de la ciudad y el reclamo de tener 3 ciudades patrimonio de la humanidad a 45 minutos, además del encanto y el patrimonio de localidades como Elvas u Olivenza, integradas estas totalmente en el día a día de la ciudad. Algo tan evidente…, menos en nuestro Badajoz…
Con todo esto, en principio, decidí volverme a mi realidad, con mucho pesar, la verdad, porque viendo como estaba Badajoz en este mundo alternativo, me costaba mucho. Al final rectifiqué y tomé la decisión de compaginar las dos vidas. Así que decidí trazar un plan…
Por suerte para mi y desgracia para ellos, en esta realidad no conocían a Alfred Hitchcock. Por lo visto, no llegó a desarrollar su carrera cinematográfica ya que de niño, en un viaje que realizó a EEUU, murió en un trágico accidente. Se le calló encima un avión de esos que fumigan esas grandes cosechas de la América profunda…
Así que aprovechando que mi otro Yo tenía en casa un enorme baúl heredado de mi otro abuelo, pues me vino a la cabeza esa película de Hitchcock titulada “La Soga”. Quien la haya visto se puede imaginar el resto…Por suerte para mí, entre las amistades de mi otro Yo, no había ningún Rupert, así que no hubo problemas…Por si acaso, la fiesta la celebré en El Farol, que tampoco era cuestión de tentar a la suerte….
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Jooooo... ¡Qué mal rollo!... ¿Te ha cogido un poco plof? No das ni una concesión (Farol aparte) a la esperanza...
ResponderEliminarEn fin, tú eres el experto, pero me ha despertado una pena de lo que podríamos ser y no somos... Que me voy a echar una cervecita. Por supuesto, a su salud, caballero.
Un abrazo
cabezadeavestruz.blogspot.com
Solo tengo una palabra para describir este artículo "impresionante".
ResponderEliminarPues vaya, visto de esta manera badajoz parece que podría ser la leche, pero no se si tanto. Nuestro patrimonio tampoco lo veo yo para atraer una masa ingente de turistas, aunque si coincido con la importancia de explotar las ciudades patimonio de la humanidad que hay a nuestro alrededor.
ResponderEliminarPor lo demás, original y divertido articulo.
jajaja, la verdad es que tal y como está badajoz si es para pegarse un tiro.Muy buena columna
ResponderEliminarNormnal que Badajoz y extremadura estuvieran mejor. Que bien nos hubiese ido sin Ibarra y sin Celdran.
ResponderEliminarLoPo
Muy bueno, aunque la triste realidad apaga los ánimos de intentar mejorar nuestra bonita y olvidada ciudad.
ResponderEliminarMuy entretenido e idílico, me gusta la gente con imaginación y Sauron la tiene.
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