11 junio 2016

Nota de Prensa: LA ASOCIACIÓN CÍVICA LAMENTA LOS DAÑOS AL PATRIMONIO, A LA IMAGEN DE LA CIUDAD, AL MEDIO AMBIENTE Y A LA SALUD DE LAS PERSONAS QUE CAUSAN LOS REITERADOS INCENDIOS DE LAS LADERAS DEL CERRO DE SAN CRISTÓBAL Y DE LA ALCAZABA

    LA ASOCIACIÓN CÍVICA LAMENTA LOS DAÑOS AL PATRIMONIO, A LA IMAGEN DE LA CIUDAD, AL MEDIO AMBIENTE Y A LA SALUD DE LAS PERSONAS QUE CAUSAN LOS REITERADOS INCENDIOS DE LAS LADERAS DEL CERRO DE SAN CRISTÓBAL Y DE LA ALCAZABA.

    Los gases invernadero desprendidos a la atmósfera durante el incendio equivalen a las emisiones de 500 vehículos circulando al tiempo.

     

    El pasado jueves se produjo un incendio en las laderas del cerro de San Cristóbal que fue rápidamente sofocado por los bomberos. Los daños materiales aunque no han sido cuantiosos, han echado a perder parte del vallado y las instalaciones de goteo que costaron unos 35.000 euros, pero lo peor es el deterioro de la imagen que la ciudad proporciona al inicio de la temporada turística  cuando el entorno de uno de sus monumentos recientemente restaurado aparece calcinado, máxime cuando en pocos días ocurrirá lo mismo con las laderas de la Alcazaba, como suele ser habitual año tras año.

    Tanto el cerro de San Cristóbal como el de la Alcazaba son zonas arqueológicas y forman parte del entorno de un Bien de Interés Cultural, protegido según la Ley de Patrimonio Histórico.

    La Asociación Cívica ya advirtió hace varias semanas de los riesgos que el abundante pastizal seco suponía en estas áreas, al igual que sucede en los numerosos solares abandonados en muchos barrios de la ciudad, ya que al mismo tiempo que se producía el incendio en el cerro San Cristóbal, se quemaba un solar en Ronda Norte.

    El adecuado desbroce de estas zonas mientras se consigue un ajardinamiento definitivo tanto de las laderas de la Alcazaba como del entorno del Fuerte de San Cristóbal debe garantizar un mínimo de estética y seguridad.

    La Asociación Cívica quiere remarcar los peligros para la salud humana de los incendios tan próximos a las zonas pobladas ya que el humo y las sustancias en suspensión son un riesgo cardiorespiratorio confirmado. Por otro lado, los plásticos y otras basuras que son habituales en estos descampados pueden desprender dioxinas y otras sustancias más peligrosas aún para la salud pública.

    Por último, estos incendios cíclicos en ambos cerros, Alcazaba y San Cristóbal, contribuyen a la contaminación del medio ambiente. Baste concretar que las emisiones de CO2 de un pastizal en llamas de una superficie equivalente a la quemada el pasado jueves, supone la misma cantidad de dióxido de carbono que 500 vehículos de gasóleo atravesando la ciudad al mismo tiempo.

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