20 marzo 2015

La otra historia de Badajoz: "Árboles singulares (II). Pinos con historia"



 

   ÁRBOLES SINGULARES (III), PINOS CON HISTORIA

por Pedro Bueno



   En la ciudad estamos acostumbrados a los pinos. En los parques y jardincillos se plantaban habitualmente hasta que las modas jardineras impusieron las masas de prunus, brachichitos y catalpas.

   Para los extremeños el pino es un árbol domesticado, casi de juguete, que se utiliza en repoblaciones y por lo general no son árboles impresionantes… es raro ver plantaciones anteriores a los años sesenta. Sin embargo, y sin entrar en competición con el magnífico pinar de Garrovillas, en nuestra ciudad podemos también disfrutar de un pinar autóctono con árboles que podríamos calificar de señoriales.

   En tiempos históricos existió una gran masa boscosa formada por pinos piñoneros (Pinus pinea) que se extendía desde la frontera portuguesa hasta lo que hoy es la carretera de Valverde, y que comenzando a pocos kilómetros de Badajoz llegaba hasta la población de Valverde de Leganés.

  Hoy se mantienen numerosos ejemplares de este antiguo bosque y cuyos restos se pueden ver en cuanto nos alejamos de la ciudad dirección a Valverde, en especial en la zona del Manantío. Basta adentrarse por la pista del cementerio para apreciar algunos árboles impresionantes entre las dehesas de encina y alcornoque. Mención aparte merecen los Pinos de Tienza o Atienza, cerca del restaurante “Los Cañizos”, conjunto de tres pinos piñoneros que conservan su porte natural, algo inusual en la especie, y que por su monumentalidad han merecido que la Junta de Extremadura los declare oficialmente árboles singulares


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