Tras la restauración de la segunda fase de la Alcazaba, en el tramo
comprendido entre la Torre de Espantaperros y la puerta del Alpendiz, así
como con la aparición de numerosos restos arqueológicos, la Alcazaba ha
incrementado notablemente la afluencia de visitantes locales y de turistas que
han encontrado en la zona un atractivo más a añadir en sus visitas a Badajoz.
Desde nuestra Asociación siempre hemos luchado por poner en valor, con
el mayor respeto hacia el legado patrimonial, todos aquellos elementos de
nuestra historia para el disfrute de nuestros ciudadanos y de aquellos turistas
que, cada vez en mayor número, nos visitan; por ello, desde la apertura de la
nueva fase de restauración de la Alcazaba en varias ocasiones hemos
solicitado al Ayuntamiento la apertura de una puerta instalada junto a la
Puerta del Alpendiz y que impide el libre tránsito de las personas que
quieren visitar la zona alta y la baja sin tener que dar un rodeo tan largo
como absurdo, no habiendo obtenido respuesta positiva a tal petición.
Es tan ridículo como incomprensible, ver a los diferentes grupos,
preguntarse a voces como pueden llegar a la parte de arriba los que se
encuentran abajo y a los de arriba preguntarles como bajar.
Esa puerta de nueva construcción produce un efecto de fondo de saco
que la gente no termina de entender, más aún teniendo en cuenta que para que
una persona continúe realizando el recorrido por la Alcazaba, en caso de entrar
por el parque de La Galera, debe volver a salir del parque, atravesar toda la
Plaza Alta, entrar en la Alcazaba y volver a subir por donde dejó la visita y
viceversa en caso contrario.
Desde nuestro punto de vista, su apertura, mejoraría mucho la visita y
la comodidad del turista, así como que permitiría la llegada de personas de
movilidad reducida a la puerta del Alpendiz ya que desde los jardines de la
Galera no existen rampas adaptadas a las mismas.
Nuestra propuesta para solucionar esta carencia sería tan sencilla
como que, la misma persona que abre y cierra el parque de La Galera también
abriese y cerrase la puerta del Alpéndiz, durante el mismo horario establecido
en la actualidad, toda vez que esta misma persona está obligada, antes de
cerrar el parque, a realizar el recorrido completo de puerta a puerta para
asegurarse que no se queda nadie dentro del recinto, con este pequeño gesto las
molestias serían mínimas, la restauración estaría a salvo de posibles actos
vandálicos, se conseguiría dar facilidades a los turistas, y serviría de salida
de emergencias en caso necesario puesto que a veces se producen aglomeraciones
y actos como conciertos en Almossasa, ya que ni siquiera existen paneles que
marquen la dirección a tomar quedando el parque con una única puerta de entrada
y salida.
Fdo.: Asociación Cívica “Ciudad de Badajoz”
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