Diario HOY, domingo 15 de septiembre de 2013
- Estudiosos del recinto amurallado piden que se libere de árboles y construcciones invasoras para facilitar la visibilidad y evitar su desaparición.
- La zanja que rodea a la fortificación es uno de los elementos peor conservados del sistema abaluartado.
Jugaron un importante papel en guerras y asedios pero hoy
están rellenos de tierra, ocultos detrás de árboles o invadidos por
construcciones modernas. Los fosos que rodean la fortificación
abaluartada de Badajoz son, junto a la propia muralla, uno de los
elementos peor conservados del sistema. Esta zanja que circunda al
lienzo por el exterior sufre numerosos problemas. En muchas partes de la
ciudad ha desaparecido con la construcción de carreteras, aceras y
otros elementos urbanísticos. Es el caso del tramo de muralla que
discurre entre la Alcazaba y Puerta de Palmas.
En otros casos, esta oquedad ha sido rellenada con tierra,
como la del Fuerte de la Picuriña o la de los baluartes de San Roque y
Santa María. La invasión de vegetación es otra circunstancia que afecta a
los fosos. Los baluartes de San Pedro, Trinidad, Santa María o San
Roque son un buen ejemplo de ello. La construcción de infraestructuras
modernas en estos espacios también ha contribuido a la ocultación y
degradación que padecen estas excavaciones. Unas deterioradas pistas de
patinaje envejecen en el foso del baluarte de San Vicente. Lo mismo
ocurre en el baluarte de Santa María, donde unas antiguas instalaciones
deportivas camuflan el lienzo. Toda esta situación, además de dañar y
maltratar el monumento, lo esconde haciendo que pase desapercibido.
Los fosos, que cumplían el cometido de hacer inaccesible la
muralla y dificultar que la artillería alcanzase su base, son hoy
víctimas de la indiferencia y el abandono. Para rescatar a estos
elementos del olvido estudiosos del sistema abaluartado plantean
recuperarlos y ponerlos en valor, como ya se ha hecho con el del
Hornabeque del Puente de Palmas y el del Fuerte de San Cristóbal.
Así, proponen despejar toda la zanja de aquellos elementos
que distorsionan su fisonomía y dificultan su visibilidad. El objetivo
es que sea reconocible y se pueda identificar e interpretar sin
problemas. Para conseguirlo colectivos de ciudadanos y expertos en
urbanismo indican que sería necesario vaciarlos, en la medida de lo
posible, aquellos que estén llenos de tierra o cubiertos por
construcciones, y retirar toda la vegetación que entorpezca su
observación. «Desde Puerta de Palmas a la Alcazaba el foso prácticamente
ha desaparecido porque lo rellenaron y se lo comió la carretera. Desde
la Puerta del Alpéndiz hasta el baluarte de la Trinidad la situación
también es grave: la zona está llena de árboles que hacen que no se
pueda contemplar el monumento. Esta pantalla vegetal hace que la
estructura de la muralla sea irreconocible», explica José Manuel Bueno,
portavoz de la Asociación Cívica de Badajoz.
Este colectivo señala que cuando se derribe el colegio de
Nuestra Señora de Bótoa (una vez que se construyan las nuevas
instalaciones) y se eliminen las antiguas pistas deportivas de la calle
Stadium, se podría actuar en ese tramo para crear un corredor continuo
de dos kilómetros que enlazaría la Alcazaba con la Puerta del Pilar. «La
gente relaciona el foso como una zona de abandono, por eso se
convierten en zonas marginales», agrega Bueno.
«Es un elemento más de la fortificación abaluartada, tan
importante como la muralla, los glacis o el camino cubierto. Por lo
tanto, tiene la misma protección que la muralla. Tendrían que limpiarlo,
dejarlo libre y adecentarlo para que fuera posible utilizarlo como
parque público. La idea sería poder recorrerlos para poder observar la
fortificación desde ellos. Así se podría entender el monumento con su
máxima autenticidad», manifiesta por su parte el arquitecto Javier
Teijeiro. Ambos apuntan que se debería tomar como ejemplo los fosos de
Elvas. «Son espacios diáfanos. Están exentos de elementos
distorsionantes», coinciden.
Tanto Bueno como Teijeiro advierten de la amenaza que
supone para el sistema abaluartado, y concretamente para el foso del
baluarte de Santa María, el proyecto presentado por una empresa gallega
que consiste en convertir el campo de fútbol abandonado de la calle
Stadium en un aparcamiento con gimnasio, pista de pádel y piscina
cubierta. «Es una autentica barbaridad y contraviene la Ley del
Patrimonio Histórico y Cultural de Extremadura y el Plan General
Municipal», destacan. Recuerdan, además, que tanto la muralla de Badajoz
como los elementos que la componen, también el foso, están declarados
Bien de Interés Cultural por ambas normativas. «Recogen que, en la
medida de lo posible, hay que procurar la delimitación del entorno para
facilitar la lectura histórica de los monumentos. Igualmente, hablan de
proceder al derribo de los inmuebles y elementos que impidan o perturben
su observación. Sería un error permitir que se llevase a cabo esta obra
en ese espacio, porque va en contra de la propia normativa. Sería dar
un paso atrás que nos costaría la denominación de Patrimonio de la
Humanidad», sentencian.
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