En los últimos
tiempos nuestra Asociación ha recibido diversas informaciones referentes a
irregularidades y a la ausencia de seguimiento arqueológico en las obras de Ordenación
hidrológica y ambiental del Río Guadiana a su paso por Badajoz. Por ello hemos elaborado un informe y remitido por escrito una denuncia a la Dirección General de Patrimonio Cultural.
Aunque nos
consta que en la zona del Hornabeque del Puente de Palmas el trabajo
arqueológico ha sido concienzudo y exquisito, no ha sido así en otras zonas
donde se han visto afectados seriamente elementos y yacimientos arqueológicos
de diversas épocas.
En el mes de junio comunicamos estos hechos a la Confederación Hidrográfica
del Guadiana, responsable de las obras, y al Ayuntamiento de Badajoz, no
habiendo obtenido una respuesta satisfactoria por parte de ninguno de los dos.
Por ello, rogamos a la Dirección General de Patrimonio que hagan cumplir las leyes de
protección del patrimonio como se les harían cumplir a cualquier ciudadano, que
lleve a cabo el seguimiento arqueológico pertinente en esas obras, que se frene
la destrucción de restos históricos y que se proceda a consolidar y recuperar
los yacimientos dañados.
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INFORME
SOBRE LA AGRESIÓN QUE SUFREN LOS RESTOS Y YACIMIENTOS ARQUEOLÓGICOS EN LAS OBRAS DEL
RÍO GUADIANA A SU PASO POR BADAJOZ
Las obras de Ordenación hidrológica y
ambiental del Río Guadiana a su paso por Badajoz, que está llevando a cabo la
Confederación Hidrográfica del Guadiana afectan a diferentes zonas
especialmente delicadas que deberían ser debidamente estudiadas desde el punto
de vista arqueológico.
En este tipo
de obras la elaboración de un informe de prospección arqueológica previa es obligatorio,
y más cuando hay yacimientos, Bienes de Interés Cultural y Monumentos Históricos
en la propia zona afectada o en sus límites. En el informe deben reflejarse los
yacimientos y elementos etnográficos conocidos y, de producirse, los nuevos
hallazgos (bienes muebles e inmuebles). Finalmente, el informe debe recoger las medidas
correctoras propuestas. A partir de ese informe la Dirección General emite una
resolución con las acciones a realizar (seguimiento, zonas de exclusión,
excavaciones o limpiezas en su caso....). Tenemos constancia de que en esta
obra no se ha realizado este trámite, ya que la misma se ha hecho sin los
debidos seguimientos arqueológicos, previos y simultáneos con la obra. No
debemos olvidar que la protección de cualquier yacimiento arqueológico (incluso
sin ser BIC ni Monumento Histórico) es de 200m a su alrededor; y
de 50m en el caso de los elementos etnográficos.
El peligro de la
pérdida de información histórica y de elementos de valor arqueológico en la
zona, especialmente cuando se utiliza maquinaria pesada y se producen
movimientos de tierra, es muy elevado. Consideramos que sería imprescindible
realizar un seguimiento desde el punto de vista arqueológico de dichas obras
con el fin de preservar los restos que se conservan, y los que puedan aparecer
en el transcurso de las mismas, así como la consolidación y recuperación de
aquellos que hayan resultado dañados.
A excepción del Hornabeque del Puente de
Palmas, donde los trabajos arqueológicos han sido concienzudos, las zonas
sensibles que se han visto afectadas por la ausencia de los preceptivos estudios
arqueológicos son:
- Entorno de la Alcazaba: Todo yacimiento arqueológico tiene una zona de protección perimetral de 200 metros. La Alcazaba además de yacimiento arqueológico es Bien de Interés Cultural, y su entorno tiene nivel máximo de protección. Sin embargo, durante la construcción del puente que cruza el Rivillas desde circunvalación al Pico, se realizaron excavaciones sin control justo frente a la segunda coracha de la Alcazaba, a menos de 20 metros de la misma. Además de la protección que cubre esa zona por su proximidad al yacimiento, hay que mencionar que allí pueden quedar restos de ese sistema defensivo. La actuación con retroexcavadora giratoria con cazo de dientes puede haber eliminado posibles restos de tapia.
- Los restos romanos del albercón y el azud del Jamaco: El albercón era una presa romana revestida y con contrafuertes, la cual cuenta con el máximo Nivel de Protección (Nivel A) en el Plan General Municipal de la ciudad de Badajoz. Esta presa está relacionada con el azud o represa presente en el brazo del Jamaco, pobremente estudiada, y presumiblemente también de origen romano(1). Los restos de este azud son aun visibles desde la Alcazaba, a cientos de metros. Tenemos constancia de que el seguimiento arqueológico en esta zona al principio fue inexistente, y posteriormente muy deficiente y repleto de irregularidades. (1) [Aproximación al conocimiento del Badajoz Romano. Jesús Cánovas Pessini y Fernando Valdés Fernández. CuPAUAM: Cuadernos de Prehistoria y Arqueología 5-6 (1978-1979): 163-168.]
- Pilares de conducción eléctrica desde la fábrica de la luz hasta la ciudad: Estos pilares sostenían el primer tendido que suministró electricidad a la ciudad de Badajoz, que partía desde la fábrica de la luz (junto al Canal de los Ayala) hasta la muralla abaluartada a la altura de la Puerta de Pajaritos. Su construcción se data entre los años 1905 y 1910. Debido a su antigüedad estos elementos históricos están sujetos a la Ley de Patrimonio, y además, como elementos etnográficos su entorno de protección es de 50 metros. Sin embargo en el transcurso de estas obras los pilares están siendo derribados sin ninguna consideración ni justificación.
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- Vado de la Cañada Real de Sancha Brava, Vía Pecuaria protegida.
- Yacimientos arqueológicos "El Lobo" y “Valdeorcas”: poblados prehistóricos del calcolítico, los cuales cuentan con el máximo Nivel de Protección (Nivel A) en el Plan General Municipal de la ciudad de Badajoz. Sin seguimiento arqueológico de cómo las obras pueden afectarles.
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