24 octubre 2010

Reflexiones sobre la rehabilitación de la Alcazaba de Badajoz




Columna de opinión



El 20 de septiembre del 2010, casi finalizando uno de los veranos más calurosos de la historia de Badajoz, será recordado en todas las efemérides pacenses como el inicio de una de las obras más necesarias y deseadas por nuestra querida Ciudad. Me refiero a la obra de rehabilitación de la Alcazaba de Badajoz. Sin duda alguna, esta fecha debe ser perpetuada en la memoria colectiva pacense como el día en el que se produjo un punto de inflexión, quizás el definitivo, para la recuperación del Casco Histórico de esta sufrida capital.
A pesar de esta magnífica noticia, este día no sólo debería de ser tenido en cuenta como una fecha clave en la recuperación del Patrimonio pacense, sino que además, y quizás sea lo más importante, debería de recordarse como el triunfo de los ciudadanos sobre la desidia, el olvido, la inapetencia y la inacción de los políticos.
Efectivamente, a día de hoy quiero pensar que a estas alturas ya nadie duda que si actualmente podemos hablar del inicio de obras en la rehabilitación del monumento más importante de Badajoz es gracias al trabajo desinteresado de docenas de almas anónimas que, hartos de esperar a que sus administraciones cumplieran sus promesas, decidieron adelantarse a los acontecimiento y organizarse entre ellos, respondiendo a su responsabilidad como ciudadanos, y constituyendo una Plataforma libre y ejemplar para sacar a nuestra Alcazaba de la más absoluta miseria y olvido.
La apuesta ciudadana fue ambiciosa y la respuesta de la Ciudad fantástica. Más de dieciocho asociaciones, las más señeras de Badajoz, se juntaron entorno a un sueño con el que soñaban ya nuestros mayores y nuestros ancestros desde hacía decenas de años. Una unión sin precedentes en nuestra localidad. Una alianza para remar en una misma dirección, con un mismo sueño, con un mismo impulso: recuperar la Alcazaba de Badajoz.
De esta forma, y volviendo la vista al pasado más reciente, el día 9 de junio de 2009 todos los colectivos se reunieron en torno a un manifiesto, a un trozo de papel repleto de ilusiones y exigencias al que le dio voz una persona íntegra: don Antonio García Candelas. Desde ese día, la Plataforma no ha dejado de trabajar ni un solo momento ni un solo segundo para impulsar un proyecto dormido, un proyecto abandonado en algún cajón oscuro y olvidado de las administraciones. Un proyecto arrinconado en uno de los innumerables rincones sombríos donde duermen en profundo sueño los presupuestos, anhelos y proyectos de los ciudadanos de esta sufrida y castigada ciudad.
El trayecto hasta aquí, hasta el inicio de las obras, ha sido largo y trabajoso y en él, en un camino lleno de trampas, se han quedado desde ciudadanos anónimos a asociaciones centenarias. Algunos de ellos abandonaron por unas u otras razones, más o menos convincentes, dejándonos sin contemplaciones y desertando en una batalla que sin duda era también la suya, la de todo Badajoz. Aquella deserción recordó por momentos a la famosa batalla de Guadalete en la que el rey Don Rodrigo fue abandonado por los hijos de Witiza... Sin embargo, a pesar de las deserciones, la Plataforma se mantuvo en todo momento firme en sus objetivos y con el rumbo correctamente orientado. De esta manera, nuevos ciudadanos y asociaciones independientes y no intervenidas, sin miedo y sin otro interés que el de ayudar, se sumaron al proyecto con ilusión, aportando ánimos renovados. A todos y a todas ellas les damos las gracias, tanto a los que nos dejaron, pues clarificaron nuestras metas independientes, como a los que se incorporaron más tarde, pues nos ayudaron a llegar a nuestros objetivos. Todos ellos, absolutamente todos, son partícipes de este momento en el que nos encontramos.
Parece mentira, pero en apenas un año desde su constitución, la Plataforma ha conseguido materializar aquello con lo que muchos ciudadanos llevábamos soñando toda nuestra vida: ver la primera piedra de la definitiva recuperación de la Alcazaba. Sin duda que este hecho no hubiera sido posible sin la constante lucha, durante largos y solitarios años, de las asociaciones y ciudadanos que nos precedieron. Gracias a todos.
Precisamente en homenaje a ellos, a todos nosotros, es por lo que el día 20 de septiembre de 2010, justo antes de terminar uno de los veranos más calurosos de la historia, debe ser considerado como el día en que definitivamente fue el primero de la recuperación de la Alcazaba de Badajoz. Para ello, para la recuperación definitiva de la Alcazaba, lo único que pedimos es respeto. Respeto, en primer lugar, por la Alcazaba, su historia, su arquitectura y su legado histórico como seña de identidad de una ciudad, Badajoz, que quiere respetar su pasado y homenajearlo y recuperarlo sin necesidad de tunearlo al gusto de ningún visionario. Y, en segundo lugar, también respeto, como no, por parte de los arquitectos, arqueólogos y políticos, que han estado y están vinculados de una u otra manera con el proyecto de rehabilitación de la Alcazaba, hacia todos aquellos ciudadanos que han estado, están y estarán trabajando siempre demanera desinteresada por Badajoz en general y por su Alcazaba en particular. Personas anónimas que ha posibilitado con su compromiso y esfuerzo que un proyecto estancado y hundido en la burocracia reflotara y saliera a la luz. Personas anónimas y desinteresadas que han trabajado en silencio para que al final sean los otros, los arquitectos, arqueólogos y políticos de turno, los que se beneficien de su incasable esfuerzo y se apunten las medallas.
Medallas aparte, ya que nunca nos interesó, la Plataforma nuevamente aboga por el diálogo y vuelve a emplazar a los arquitectos, arqueólogos y políticos a reunirse con los ciudadanos anónimos en la Comisión Técnica que prometieron y firmaron en el acta de la última reunión de la Comisión de Seguimiento de la Alcazaba de Badajoz. Comisión Técnica creada para discutir, hablar y llegar a un acuerdo en aquellos temas en los que la Plataforma discrepa y recordamos a continuación:
1.- Hacer un estudio murario y estratigráfico de la muralla previo a su rehabilitación, para enfoscar donde sea necesario y preservar los testigos originales que quedan del S. XII y posteriores.
2.- No eliminar el actual adarve, ya integrado, en perfectas condiciones y con partes originales, para sustituirlo por uno nuevo de hormigón blanco altamente impactante con el monumento.
3.- No derribar el murete del adarve para sustituirlo por una barandilla de acero, pues se trata en muchos casos de elementos originales y en otros de obras de reforma hechas durante siglos que no permiten separar las capas añadidas de las originales sin dañar el monumento.
4.- En la zona que el adarve no tiene suelo pavimentado, buscar las soluciones más adecuadas e integradoras en cuanto a los materiales y tratamiento a emplear, huyendo del empleo de losetas de hormigón y barandillas metálicas que impactarán con el entorno y el resto del monumento.
5.- Respetar y no derribar la escalera del S. XVII que existe en la Puerta de Carros, perfectamente documentada en los planos antiguos, y realizada con peldaños de piedra reaprovechados del monumento, lo que le da un gran sabor y la integra, y no construir en su lugar una de nueva planta en metal, añadiendo un elemento postizo no permitido por la ley y absurdo al estar en perfectas condiciones la existente.
6.- No llevar las canalizaciones de aguas pluviales a través de la muralla, sino desaguarla por debajo de la Puerta de la Coraxa como camino natural hacia el río y evitar así las humedades en el muro.
7.- No hormigonar, sino estudiar arqueológicamente y hacer un tratamiento adecuado al acceso interior de la Puerta de la Coraxa.
Sólo cuando todas estas diferencias hayan sido dialogadas, subsanadas y corregidas en un acuerdo de todos, sólo entonces, podremos hablar que el día 20 de septiembre del 2010, casi finalizando uno de los veranos más calurosos de la historia de Badajoz, será recordado en todas las efemérides pacenses como el inicio de una de las obras más necesarias y deseadas por nuestra querida Ciudad: la recuperación definitiva de la Alcazaba de Badajoz por todos, por el pueblo en general, en un acuerdo sin igual.
Por lo tanto, ciudadanos, arquitectos, arqueólogos y políticos: ¿A qué esperamos? Dialoguemos y saquemos adelante el mejor proyecto para nuestra Ciudad, para nuestro principal monumento: La Alcazaba.


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