Llamamos la atención sobre el crítico estado de la ermita
del Rosario y la iglesia de la
Consolación , en el recinto de la Alcazaba. Nunca
estuvieron en situación tan lamentable como están ahora. Siempre han sufrido
abandono, pero ahora este hecho se agudiza.
Se han producido graves desprendimientos en Consolación,
mientras que la vegetación silvestre, sobre todo de ailantos, ha alcanzado un
volumen considerable dentro de las fábricas y está amenazando con hacer
estallar los muros de la iglesia, así como de la ermita.
No entendemos la inacción de los agentes encargados de su
mantenimiento, protección y conservación. Ni Patrimonio ni el ayuntamiento
toman cartas en el asunto.
Se trata de construcciones de más de cinco siglos de
historia, que han sufrido todo tipo de avatares, algunos cruentos, como guerras
y bombardeos, y que, milagrosamente han llegado en parte hasta nuestros días.
Pero en lugar de ponerse en valor, estudiarse, conservarse y rehabilitarse, se
dejan caer y degradarse como si fueran vulgares ruinas de cobertizos sin valor.
La ermita del Rosario, de la que se conserva casi todo el
edificio, excepto la fachada principal, tiene su origen al menos a mediados del
siglo XV. Mira hacia la puerta de Carros y consta de una nave con capillas y
una cabecera absidal, además de algunos nichos laterales. Fue sede de una
cofradía llamada de Nuestra Señora del Rosario de los Morenos del Castillo, ya
que en sus orígenes se componía únicamente de miembros de raza negra o mulatos.
A pesar de que posteriormente se usó como polvorín y cementerio, sigue en pie,
si los árboles no la acaban de arruinar.
La iglesia de la Consolación , sin cubierta y más dañada, se sitúa
opuesta a la anterior. Seguramente sea del siglo XVI, ya que en e1605 se funda la Cofradía de Nuestra Señora
de la Consolación ,
que procesionaba el Domingo de Resurrección, y ya se menciona la necesidad de
reparar y adornar la iglesia. Se conserva sólo una nave rectangular con varios
vanos, algunos de estilo mudéjar, nichos, sepulturas, hornacinas y restos de
una cripta de 1821. Se observa la decoración con frescos que también están
sufriendo un gran deterioro y pérdida.
Ambas ermitas se sitúan sobre una plataforma de relleno de
unos dos metros de espesor.
Además, se conserva parte del cuerpo de una torre, posiblemente,
al ser en parte maciza, una torre albarrana unida exteriormente al cerco de la
alcazaba taifal previo a la almohade que hoy conservamos, o bien almohade
previa a la ampliación. Y también se observa próximo un gran arco de entrada
mudéjar al recinto que engloba todas estas edificaciones, seguramente un
recinto que comprendía una hospedería y del cual se conserva un pozo con brocal
igualmente abandonado y colmatado de basura.
Curiosamente, estas edificaciones abandonadas a su suerte
han sido calificadas por el Plan Director de las Fortificaciones como
“necesitadas de una operación de rehabilitación y recuperación funcional”;
singulares, por “poco abundantes en su categoría” y de “uso inadecuado”. Este
Plan ya hace referencia a las patologías de grietas, roturas, desprendimientos,
humedades, falta de mampuestos por pérdidas de revoco, falta de drenaje y presencia
de vegetación, y es del año 2014. Ya proponía eliminación de árboles de gran
porte (ailanthus), y apeo y/o atirantado de los muros de la ermita de la Consolación. En
estos cuatro años la situación se ha agravado bastante.
Este conjunto dentro de la alcazaba está sufriendo hoy en
día el más atroz abandono y dejadez, expuesto al albedrío de los vándalos, las
inclemencias meteorológicas, las raíces y troncos de la vegetación, y todo tipo
de ataques que están destruyendo uno de los tesoros de nuestra ciudad, con el
beneplácito de los que deben cuidar de ella.
Si no se actúa se quedarán reducidos a la nada y
lamentaremos su pérdida.
Asociación Cívica Ciudad de Badajoz
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