NECRÓPOLIS ANTIGUAS DE BADAJOZ
Por J.A. Hinchado Alba, historiador e investigador
Por J.A. Hinchado Alba, historiador e investigador
El término municipal de Badajoz es inmensamente grande, por
lo tanto nos centraremos en las necrópolis y restos funerarios de la ciudad y
alrededores, comentando los más importantes, y descartando los de la lejanía, no
por ello menos importantes, solamente haciendo de ellos unos breves
recordatorios y donde en una futura publicación destacaremos.
NEOLÍTICO, O EDAD DE PIEDRA PULIMENTADA
Es en este periodo cuando aparece el cultivo vegetal, la ganadería,
la cerámica, el sedentarismo. El Neolítico peninsular lo situamos en el VI
milenio A.C. en zonas costeras, hasta el V milenio no empieza la penetración en
el interior, pero no será hasta el III milenio, cuando se consolide.
Con respecto a enterramientos, se sabe poco, son escasos los
hallazgos, pero se sabe que practicaban la inhumación.
La Baja Extremadura se halla casi despoblada en época del Neolítico,
la escasez de yacimientos, se debe a la escasez de prospecciones arqueológicas
y por otro lado, las condiciones geológicas, poco aptas para la existencia de
cuevas, que era el refugio natural por entonces, hacen que limiten los datos.
CALCOLÍTICO, O EDAD
DEL COBRE
Empiezan las primeras fundiciones del metal, en este caso el cobre, empieza el aumento demográfico, se amplían los poblados, aparece la división del trabajo, el trueque, por lo tanto una cultura socioeconómica, la producción de armas, la conquista de nuevos territorios fértiles, para obtención de riquezas alimentarias, fortificación de poblados, y sobre todo una transformación religiosa surgiendo la figura del Dios.
Mineral de cobre
Con la llegada del Calcolitico, se asiste a las primeras
ocupaciones del territorio, aunque será al final de este periodo cuando se
intensifique el poblamiento y la cultura desarrolle características propias.
Es a principios del III milenio A.C. cuando habría que situar
los inicios de los asentamientos en las proximidades del Guadiana. Se junta el
final del Neolítico, con el Calcolítico Inicial, pues coinciden las cerámicas, pero
aparecen otras que continúan en el Calcolítico Pleno, aunque la industria
lítica se sigue desarrollando.
(Enriquez Navascues-Hurtado)
Dolmen del Revellado
En este periodo Neolítico-Calcolítico es cuando empezamos a
ver restos de la cultura funeraria, junto o cerca de los poblados de la zona, los
monumentos megalíticos, entre ellos los dólmenes, que son necrópolis
familiares, enterramientos colectivos de las familias o clanes más poderosos
del momento. Caben destacar Pijotilla, Budua, La Lapilla, El Romo, El Campillo,
Los del Revellado, distantes relativamente a la ciudad de Badajoz, y los de la
Dehesa de Esparragalejo, Cortijo de la Atalaya, Atalaya del Conde, Los de
Malpica, Torrequebrada, y Granja Céspedes destruidos, en las cercanías de
Badajoz.
Algún menhir como el de Gamonal, y algún túmulo o tholos como
el de la Dehesa de la Pestaña, también a cierta distancia, estos menhires
desempeñaron la función de lapidas funerarias.
Menhir de El Gamonal
Como poblados
calcolíticos, algunos con necrópolis caben destacar La Pijotilla, Sagrajas,
Sarteneja, a distancia, y en las cercanías o en la ciudad, algunos también con
necrópolis, El Lobo, Valdorcas, El Bercial, El Romeral, Gévora, Granja
Céspedes, Santa Engracia, Torrequebrada, Los Pinares, San Cristóbal y La Muela.
Se sabe de una
necrópolis destruida frente al molino de La Tarasca, junto al rio Rivilla y
unas fosas de inhumación excavadas en la roca (Pradilla B. 1941-42)
Existen otra serie
de hallazgos en puntos cercanos a Badajoz, pero dispersos, como El Cahoso y el
Rivillas. (J.R. Melida)
(Dominguez y
Enriquez)
EDAD DEL BRONCE
De este periodo solo podemos hablar de los restos aparecidos en la Pijotilla, El Bercial, Sagrajas, San Cristóbal, Cerro de la Muela y cabe destacar la estela funeraria sencilla, de la Granja Céspedes.
También hay restos del Periodo Orientalizante en San Cristóbal,
Cerro de la Muela y Santa Engracia
Y en periodo
prerromano siglo VI y V A.C. en San Cristóbal y Cerro de la Muela.
Cerro de la Muela, Badajoz
NECROPOLIS
PROTOHISTÓRICAS
La segunda Edad del Hierro en Extremadura comporta un fenómeno de discontinuidad cultural que se concreta en la celtinización de la tradición orientalizante. Dicho fenómeno no implica un aislamiento de la región extremeña del mundo ibérico, pero si cambios importantes en el poblamiento y las costumbres funerarias.
Dentro del desigual
conocimiento que actualmente se posee de la protohistoria extremeña, el Mundo
Funerario quizá sea uno de los aspectos peor conocido, aunque más insinuado y
referido en la historiografía de esta región. El carácter descontextualizado de
la mayor parte de los hallazgos, el reducido número de necrópolis excavadas y
publicadas de forma adecuada, la falta casi total de estudios
interdisciplinares (antracológicos, paleoantropológicos, paleopatológicos, etc.)
Y la ausencia de estratigrafías amplias en los poblados que sirvan de puntos sólidos
de referencia y contraste pueden ser considerados, entre otros, como los
factores principales que resumen y condicionan a la vez el estado actual de la investigación
de las necrópolis protohistóricas en Extremadura. Por tanto, resulta fácil
comprender que todo ello dificulta en gran medida cualquier intento de trazar
un panorama satisfactorio y coherente en este sentido.
(Rodríguez Díaz-Enriquez Navascués)
NECROPOLIS PROTOHISTORICA
DE LA CALLE MADRE DE DIOS
En este artículo se intentan exponer, las características generales que presenta este yacimiento en las sociedades del Hierro II en el valle del Guadiana.
El yacimiento se encuentra en el casco histórico de la ciudad
de Badajoz entre las calles Madre de Dios y Suarez Somontes, en una zona
cercana al río Rivilla. Se localiza en una ladera que desciende desde la cota más
alta, situada en la Alcazaba, hacia el sur, emplazándose el yacimiento en las
curvas de nivel.
El yacimiento estaba debajo de una manzana de casas de
finales del XIX, hoy construido encima, ocupaba una estrecha franja de 23 m2.
El yacimiento se extiende bajo los cimientos de las casas colindantes. La construcción
de estas casas deterioro las explicaciones estratigráficas dificultando la
labor.
Se localizaron 18 fosas la mayoría de las cuales contenían
urnas con restos óseos, mientras que las demás, solo contaban con restos
depositados en el hoyo, ya sea porque se trate de casos de incineración o
porque el continente de los restos, estuviera realizado con algún material perecedero,
textil o cuero.
Se pueden constatar dos fases de nivel del yacimiento, hay
dos momentos de uso de la necrópolis, estando los cuerpos superpuestos.
Se encontraron restos de cerámicas, de dos tipos y tres fíbulas
también distintas, en Portugal, en Elvas en la Herdade de Chamine, hay una necrópolis
parecida en características.
Se intenta contrastar esta necrópolis con los restos hallados
en la Alcazaba (Valdés 1980,1985) de época protohistórica, sobre todo en el
antiguo Hospital Militar, dada la cercanía de ambos yacimientos
Solamente la cronología de ambos es distinta, los de la
Alcazaba serian del siglo VII y VI A.C. y la necrópolis del IV al II a. C.
(Sabah Walid Sbeinati-Carlos Fernández Freire).
NECROPOLIS ROMANA DE LA CALLE MONTESINOS
La construcción del aparcamiento subterráneo en 1999, en la Plaza de Santa María, en la intersección de las calles Montesinos y Soto Mancera, apareció esta necrópolis ampliándose a los solares aledaños construidos, fue sorprendente y novedosa.
Estos dos solares dieron algunos datos nuevos, para el
conocimiento de etapas preislámicas (protohistoria y romana).
El inicio de presencia romana se documenta en la fase V del
sector de Puerta de Carros y en la fase IV B, el Hierro II pleno. Donde había
claras muestras de poblados. Tanto en el interior del recinto de la Alcazaba,
como en el casco antiguo han sido frecuentes los vestigios de materiales de adscripción
romana y visigoda, tanto funerarios como constructivos.
El conjunto funerario de Montesinos es de dos tipos, uno de incineración
y otro de inhumación, desde época altoimperial, hasta un periodo difícil de
precisar.
Con respecto a la necrópolis de incineración aparecieron 21 tumbas,
que siguen una pauta de un mismo ritual funerario, estas cremaciones se
realizaron en lugar diferente al de la sepultura, excepto en una tumba donde se
evidencia la cremación del cadáver en el ustrinum. En estas tumbas aparecieron
resto de ajuar y ofrendas.
No todas estas tumbas son las que fueron sino las que se han
logrado recuperar, tras una actividad constructora y destructora que culmino
con el aparcamiento.
Solar 1.
Con respecto a la necrópolis de inhumación localizadas todas
en el solar 2, comparten un espacio con la necrópolis de incineración,
aparecieron 7 enterramientos, divididos en dos grupos, también con ajuar y
ofrendas.
(Yolanda Picado Pérez)
Solar 2.
NECROPOLIS ROMANA DE
LA PUERTA DE MERIDA
La componen dos sepulturas fácilmente identificables, pues son de hormigón romano, situadas junto al recinto moderno de la ciudad, muy cercanas a la Puerta de Mérida, en especial una.
El primero de los ejemplos lo constituye una simple fosa
rectangular al pie del muro, por debajo de su arranque, de la que apenas de la
que apenas queda intacto uno de sus lados mayores y los arranques de los dos menores.
La descripción de la casi totalidad de estos y del que cerraba el conjunto, se debió,
con toda seguridad, a las canteras de cal, excavadas a pie del mismo de la fortificación,
cuyos cortes forman hoy un profundo foso.
La segunda de las tumbas está emplazada a una treintena de
metros mas allá del muro, en una cota notablemente más baja que la descrita.
Sus características constructivas son semejantes a la anterior,
pero mejor conservada. Se conservan intactos sus lados contiguos y una pequeña
escalera que desciende hacia el fondo, pavimentado, con guijarros de rio, trabados
con cal. El resto de la caja yace arrancada y derrumbada, al lado.
Resulta muy difícil reconocer el sistema utilizado para
cubrir ambas fosas. Nada hay que permita suponerles una cubierta abovedada, o quizás
plana, tanto de lajas de piedra como una cubierta de hormigón. Es posible, incluso,
que una de ellas destacase al exterior y estuviera edificada no en el subsuelo,
sino sobre la superficie del mismo.
No se ha conservado resto de ajuar, y la datación, por el
momento es, harto arriesgada.
Hay, a pesar de todo, un aspecto más a considerar,
relacionado con los motivos que indujeron a poner allí los dos sepulcros. La
relativa alineación de ambas edificaciones, en aparente relación con una puerta,
más o menos próxima, hace pensar con la existencia de una calzada cercana, lo
que ajusta a uno de los aspectos típicos de urbanística romana, y después de la
hispano-musulmana, consistente en colocar las necrópolis a ambos lados de las vías
de comunicación que salían de las ciudades.
(Fernando Valdés Fernández)
Muy cerca de la Puerta de Mérida, por el interior, han aparecido cuatro enterramientos de época medieval.
Nota. Al profesor Valdés, se le pasa por alto que en 1940, la
Comisión de Monumentos a través de Virgilio Viniegras denuncia, el destrozo de
una calzada romana, que pasaba por la actual, carretera de circunvalación.
Por lo tanto, su teoría es acertada.
NECROPOLIS ROMANA DE
LAS TOMAS
Aunque hay evidencias de Covarsi en 1934, y Serra Rafols en 1945, no es hasta 1983 que se hacen unas excavaciones con Rubio Muñoz, donde aparecen 8 enterramientos de incineración, en un estado muy malo, pegado al instituto de Bachillerato y detrás de la gasolinera, algunas con su ajuar, y otras saqueadas, la cronología es entre el siglo I y II d.C., abriendo una puerta a una necrópolis más moderna, coincidente con parte de los restos de esa zona.
Fue en el año 1998, haciendo una excavación de urgencia, por
la construcción de una nave industrial, que aparecieron 18 enterramientos más,
17 de cremación y 1 de inhumación, unidos a otro número sin determinar, tanto
en la carretera, rotonda y solares de la zona, es una necrópolis muy extensa.
Todas las tumbas proporcionan ajuar, excepto tres. Estas
tumbas se datan entre el siglo II y IV d.C.
Estas excavaciones fueron llevadas por Enriquez Navascués y José
Manuel Márquez Gallardo.
Presa romana de Las Tomas.
Cabe destacar también las necrópolis de Budua, Pesquero, Los
Frailes, Telena, Benavides, Gévora, Caya, Villa Franco, La Granadilla, San
Francisco de Olivenza, Torre Baja, Sagrajas, Valdorcas, La Romera, El Tesorero,
Rincón de Gila, etc. la muy destacada romano-visigoda de La Cocosa.
NECROPOLIS
TARDORROMANA Y VISIGODA DE LA GRANJA CÉSPEDES
En 1999 con las obras de Lusiberia y el recinto ferial, aparece esta necrópolis, dividida en dos áreas, relativamente cerca entre sí. La situada más al norte es de época tardorromana, siglo IV-V, y la situada al sur hispano-visigoda del VII, esto hace pensar que es una zona de continuidad de poblamiento, en ambas épocas, esto hace pensar también, que no hay ruptura de ocupación.
El descubrimiento total o parcial de una necrópolis, hace
pensar en un asentamiento en un espacio determinado, en este caso al estar la necrópolis
sola, hace pensar que en la zona, tuvo que existir alguna población.
La utilización de elementos reutilizados, como restos de
enlosado de calzada, también indica la ubicación, no lejana a una vía de comunicación,
posiblemente estuviera en desuso o hubiera pasado a un camino de tierra.
La necrópolis visigoda se pudo fechar en la segunda mitad del
siglo VII, gracias a la aparición de un broche de cinturón. Estos
enterramientos aportan un dato esclarecedor para empezar a comprender el
poblamiento de época visigoda en la zona, y así comprender la existencia de
elementos decorativos dispersos en la ciudad de Badajoz.
(Pedro Matesanz Vera y Cristina Sánchez Hernández)
Granja Céspedes
NECROPOLIS VISIGODA
DE LA PICURIÑA
Haciendo unas obras municipales, aparecieron 14 sepulturas, de inhumación, distribuidas en tres hileras, todos con la cabeza hacia el poniente, posición de cubito supino, con los brazos cruzados en el pecho, sin ajuar funerario, solo aparecieron algunas piezas personales.
En casi todas se emplean materiales de origen romano (tégulas,
ladrillos y sillares) como elementos constructivos.
Un enterramiento en una fosa con cuatro cadáveres, sin colocación
alguna, un enterramiento de urgencia, quizás por tener alguna enfermedad
contagiosa.
A una distancia de 10 metros apareció un muro de mampostería
con un tramo curvo, sin identificar lo que es, posteriormente a unos 8 metros,
apareció otro muro de similares características. Posiblemente en el siglo XVII,
el fuerte allí pegado tuvo que arrasar todo tipo de edificaciones de la zona, posiblemente
un pequeño oratorio, pero sin poder identificar, por lo deteriorado.
Por lo reducido por su tamaño, se cree que tenga que existir
más necrópolis visigodas.
Su cronología es finales de siglo V y el VI.
(Luis Alonso Rubio Muñoz)
Montículo, de la necrópolis de La Picuriña
RODRIGO DOSMA DELGADO. "... San Andrés, según que los mahometanos cavándolo o amontonándolo aparejan las mezquitas conforme a su superstición, para igualarlo todo se rehinchó el templo no há mucho tiempo, de quien lo decía se acordaba, y fuera más acertado bajar la plaza del cementerio. En esta y las demás plazas de San Juan y San Andrés se muestran muchas sepulturas con sus cintas asomadas, que se usaban antes que la ciudad fuera por moros usurpada, o se recobrase de su poder enteramente; porque despues acá dentro en los templos se sepultan a los fieles..."
Recordemos que Rodrigo Dosma nace en 1533, y este texto es recogido de personas más mayores. A escasos metros en la calle Madre de Dios, apareció necrópolis céltica. ¿a quien se refiere Dosma? Célticos, romanos o visigodos.
Esta descripción se refiere a la primitiva iglesia de San Andrés comparándola con Santa Maria del Castillo y Calatrava.
NECRÓPOLIS ISLÁMICAS
Aquí nos detendremos poco, pues es la corriente oficial, no por eso real.
Según el arqueólogo Ildefonso Ramírez Martínez, en Badajoz
hay tres cementerios islámicos.
Uno en el baluarte de Santiago, (Maqbara al Marda) o
cementerio de enfermos, no de leprosos como traducen algunos, era en extramuros,
de la muralla medieval, data del siglo XI, y estuvo 200 años parece ser en uso,
aparecieron 342 cuerpos cubiertos de tejas.
Segundo, el cementerio de mártires, aparecido durante unas
obras militares en el cuartel de la Bomba, baluarte de San Juan, siglo XIX, cuyas
lapidas están en el Museo Arqueológico Nacional, en Madrid.
El tercero, el cementerio principesco o (Rawda), en la
Alcazaba, según Leopoldo Torres Balbás, está sin excavar, en la ruinosa iglesia
de Calatrava, pues todas las alcazabas tenían una rawda, y Badajoz es la más
grande de España.
Por el colegio de las Josefinas en Avd. Colón, parece que
aparecieron mas, y en San Juan, Plaza de España también, aunque estas se
taparon.
En la calle Abril se halló la lápida del rey taifa de
Badajoz: “Esta es la tumba de Sabur el
Hachib, Alá se apiade de él.” (García 1980)
Autor del artículo:
José Antonio Hinchado Alba
fantastico articulo se ve que esta muy trabajado, esto desmiente muchas teorias anteriores.
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