ÁRBOLES SINGULARES (III), PINOS CON HISTORIA
por Pedro Bueno
En la ciudad estamos
acostumbrados a los pinos. En los parques y jardincillos se plantaban
habitualmente hasta que las modas jardineras impusieron las masas de prunus,
brachichitos y catalpas.
Para los extremeños el pino
es un árbol domesticado, casi de juguete, que se utiliza en repoblaciones y por
lo general no son árboles impresionantes… es raro ver plantaciones anteriores a
los años sesenta. Sin embargo, y sin entrar en competición con el magnífico
pinar de Garrovillas, en nuestra ciudad podemos también disfrutar de un pinar
autóctono con árboles que podríamos calificar de señoriales.
En tiempos históricos
existió una gran masa boscosa formada por pinos piñoneros (Pinus pinea) que se extendía desde la frontera portuguesa hasta lo
que hoy es la carretera de Valverde, y que comenzando a pocos kilómetros de Badajoz
llegaba hasta la población de Valverde de Leganés.
Hoy se mantienen numerosos
ejemplares de este antiguo bosque y cuyos restos se pueden ver en cuanto nos alejamos
de la ciudad dirección a Valverde, en especial en la zona del Manantío. Basta
adentrarse por la pista del cementerio para apreciar algunos árboles
impresionantes entre las dehesas de encina y alcornoque. Mención aparte merecen
los Pinos de Tienza o Atienza, cerca del restaurante “Los Cañizos”, conjunto de
tres pinos piñoneros que conservan su porte natural, algo inusual en la
especie, y que por su monumentalidad han merecido que la Junta de Extremadura
los declare oficialmente árboles singulares
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