Mister Barbie: "Badajoz y el Séptimo Arte"

Artículo de opinión

Este mes quiero reivindicarme. Hace un tiempo que sufro despiadadas críticas de los lectores habituales (tres) de esta humilde columna porque ven en mi un inventor de historias que juega con datos falsos y sustenta sus razonamientos en sucesos ideados para dar verosimilitud a patrañas inverosímiles. Nada más lejos de mi intención.

Como ya expliqué en columnas anteriores, he decidido embarcarme en una apasionante aventura al alcance de todos: Bucear en los archivos de la ciudad, rebuscar datos olvidados y crear conexiones no tomadas en cuenta, aunque ya existentes.

Para no levantar más la polémica, este mes he decidido dar un toque más lúdico y menos trascendente, e introducirme en el mundo del cine y su relación con Badajoz, o sea que si no eres amante del 7º Arte, ya puedes abandonar estas líneas.

Bueno, ahora que nos hemos quedado solos tú y yo, y se han ido los dos lectores restantes, te contaré que da cierta lástima ver cómo Badajoz no tiene su lugar preponderante a nivel mundial por su relevancia en el mundo cinematográfico, sin duda a la altura de Cannes, Venecia, Berlín o San Sebastián. No voy a hablar del Festival de Cine Ibérico, ni de las salas de cine de nuestra ciudad, sino que voy a recordar todo lo que Badajoz ha aportado a la cinematografía mundial, al alcance de muy pocas urbes en el mundo.

No se puede decir que Ciudadano Kane (Orson Welles, 1941) haya sido rodada aquí, que Sin Perdón (Clint Eastwood, 1992) haga referencia al garrafón de muchos de nuestros bares, ni busquen referencias en las joyerías pacenses que nos vinculen con la Trilogía de El Señor de los Anillos (Peter Jackson, 2001) pero existen unas interesantísimas conexiones entre el cine y Badajoz que ya es hora que sean consideradas.

Todos recordarán al gran William Wallace liberando al pueblo escocés en Braveheart (Mel Gibson, 1995), pero pocos saben, porque a los estudios cinematográficos no les pareció conveniente, que el título original de la cinta iba a ser Batalyaws y que iba a narrar algo sobre un caudillo rebelde llamado Ibn Marwan (¿Te suena?). La idea inicial no cuajó, y los cinco Oscars son para los escoceses y su historia, aunque la inspiración inicial fuera otra.

Si tomamos como hilo conductor el cine histórico, a nadie le sorprenderá que comente que la larga tradición bélica de nuestra ciudad ha inspirado multitud de películas que por una u otra razón, o nunca fueron rodadas, o cambiaron su ambientación. Por poner sólo un par de ejemplos, ya que este espacio es limitado, el gran Francis Ford Coppola, y el genial Stanley Kubrick pasaron largas temporadas en nuestra ciudad estudiando proyectos relacionados con la Batalla de La Albuera, aunque ambos acabaron filmando obras maestras ambientadas en el lejano Vietnam. Bien por falta de financiación o por unos malentendidos derivados del mal carácter del genio que no se sintió del todo bien recibido por los pacenses, Apocalypse Now (F.Ford Coppola, 1979) y La Chaqueta Metálica (Stanley Kubrick, 1987) no llegaron a ser lo que prometían inicialmente.

El ser una ciudad fronteriza hace que las historias en torno a la raya surjan por doquier. El potencial para los guionistas es inmenso. El contrabando de café ha dado lugar a multitud de historias. Una de las cuales (Café Irlandés, Stephen Frears, 1993) tuvo un giro en su guión y se centró en Irlanda, por problemas con la marca Camelo, que no quería ser relacionada con ese trasiego fronterizo que nutrió de café nuestra ciudad durante tantos años. Podríamos hablar también de Café solo o con ellas (Álvaro Díaz Lorenzo, 2007), pero tu gusto cinematográfico me inspira un respeto al que no pienso faltar…

Ahora que el fútbol de Badajoz vuelve a estar de enhorabuena, pocos saben que el ascenso de CD Badajoz a 2ª División en la temporada 91-92 fue una historia largamente perseguida para crear un film. Concretamente, el partido definitivo contra el Cartagena, con las gradas del vetusto Vivero llenas de enfervorizados, y acalorados espectadores, la figura decisiva de Rafa Pozo… Todo se quiso plasmar en una película, Quiero ser como Beckham (Gurinder Chadha, 2002) basada en la figura del pequeño pero bravo delantero, pero por razones que aún se escapan a la razón, algún productor pensó que la figura de Beckham tendría más glamour y atraería más gente al cine… Años después aún me queda la duda de si acertaron en la elección…

¿Recuerdan a esa pizpireta librera que ve amenazado su negocio por la próxima apertura de un macro centro comercial enfrente, y que acaba ablandando el corazón del temible empresario y viven una maravillosa historia de amor imposible que les hará felices para siempre? Pues pregunten por los alrededores del Corte Inglés. Busquen en los antiguos negocios… En el cine se llamó Tienes un e-mail (Nora Ephron, 1998) y fue protagonizada por Tom Hanks y Meg Ryan, pero todos sabemos que los que inspiraron la película andan por nuestra ciudad.

Igual que American Beauty (Sam Mendes, 1999) que estaba destina a llamarse Badajocensen Beauty pero que no sonaba muy bien, Trainspotting (Danny Boyle, 1996) que iba a desarrollarse por calles de nuestra ciudad pero para la que –increíblemente- no se encontraron protagonistas, Atrapado en el Tiempo (Harold Ramis, 1993) que contaba la historia de un sufrido viajero que aún confiaba en la Renfe, Gangs of New York (Martin Scorsese, 2002) que fue concebida inicialmente como Gangs of San Fernando… Son innumerables los ejemplos de películas que no se relacionan con nuestra ciudad por meros detalles que complicaron su realización en el último momento.

Como dijo un personaje inspirado claramente en Badajoz, el Notas, en El Gran Lebowski, (Joel Coen, 1998): “¡Hey, yo conozco a ese tío! ¡Es un nihilista!...”

Ese tío es un personaje de nuestra ciudad que vivía en San Fernando y que a menudo cruzaba el Puente de Palmas en las dos direcciones, sin saber que estaba siendo fuente de inspiración para una gran película.

Como tantos otros, como tantas otras… Hay personajes que inspiraron, inspiran e inspirarán. Hay belleza, hay historias… Solo falta que el destino cruce los cables de los que manejan el cotarro para que la cinematografía de nuestra ciudad (o inspirada en ella) ocupe de una vez el espacio que se merece a nivel mundial.

De momento, nos conformaremos con ver todas las Navidades ¡Qué bello es vivir! (Frank Capra, 1946) que, por si no lo sabías todavía, también está inspirada en Badajoz.

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