Los mástiles de la Plaza de España
Podría hablar de la manida pero cierta suciedad en nuestra ciudad, de las pintadas, de los contenedores a rebosar,del precario estado de la alcazaba, de nuestra oculta muralla abaluartada, del abandonado fuerte de San Cristóbal, de tuberías rotas, de disputas entre administraciones que nos dejan a oscuras los puentes y nos llenan de baches las avenidas en litigio, de trenes que no llegan, de aviones que no despegan, de Plataformas no tan logísticas, de estatuas sin pedestal, de descampados y solares abandonados, de cines cerrados y centros comerciales que se marchan a localidades que ponen menos trabas. Sí, podría hablar de lo que falta y de lo que sobra en Badajoz, pero hoy me he fijado en los mástiles que se yerguen en la Plaza de España, mástiles sin banderas, allí llevan clavados desde la reforma de la plaza allá por los años noventa, su función era sostener los toldos durante el verano, y su principal cualidad era que se podían poner para su uso y quitarse cuando no fueran utilizados. Debido a su altura y orientación muy pronto se comprobó que esos toldos ni daban sombra ni podían resistir las rachas de viento sin desgajarse. Desde entonces los altos hierros tan sólo se utilizan para sujetar las luces de navidad, carnavales y unos “pesadísimos” farolillos en feria. Toneladas de hierro que un día engordaron un presupuesto hoy hunden sus raíces en el corazón de nuestra ciudad y claman al cielo la desidia de nuestros gobernantes, estropean la visión de la catedral, tiran a la basura las fotos de los turistas y nos hacen agachar la cabeza a los pacenses que por allí paseamos. En momentos de crisis bien podrían venderse al peso y sustituirlos por esbeltas palmeras como las del parque de Castelar que seguro darían más sombra, más belleza y sujetarían igualmente las luces y farolillos.
Nuestros responsables municipales deben verlos a diario al ir al consistorio, pero parece ser que ninguno se ha parado a pensar “¿qué corcho hacen aquí estos hierros?”, o “¿para qué leñes sirven?, porque sino ya los habrían quitado y eso sólo demuestra una cosa, que no son sólo unos mástiles más, son el ejemplo de todo sobre lo que podría haber hablado en esta carta y que he enumerado al principio de la misma, reflejo de la desidia, de la dejadez y de la apatía de los que nos gobiernan y de los que se dejan mal-gobernar, de su falta de ilusión y de ideas para trabajar por Badajoz y sus ciudadanos.
Fdo.: Fernando Cerro Ledo.
Nuestros responsables municipales deben verlos a diario al ir al consistorio, pero parece ser que ninguno se ha parado a pensar “¿qué corcho hacen aquí estos hierros?”, o “¿para qué leñes sirven?, porque sino ya los habrían quitado y eso sólo demuestra una cosa, que no son sólo unos mástiles más, son el ejemplo de todo sobre lo que podría haber hablado en esta carta y que he enumerado al principio de la misma, reflejo de la desidia, de la dejadez y de la apatía de los que nos gobiernan y de los que se dejan mal-gobernar, de su falta de ilusión y de ideas para trabajar por Badajoz y sus ciudadanos.
Fdo.: Fernando Cerro Ledo.
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