APATRULLANDO LA CIUDAD
Columna de opinión
Columna de opinión
En la primera parte de este agridulce relato, dejamos a su protagonista, Amanda, en compañía de la familia de Joaquín y Filo hasta el 30 de Diciembre (apareció por error "hasta el 11 de dichovmes").
Hecha esta necesaria corrección, recuerdo que ese día nuestra protagonista y el hijo que gestaba en su vientre, abandonaron Badajoz, tomado un vuelo transoceánico que les permitió (gracias al cambio horario) disfrutar de la entrada del Nuevo Año en compañía de su familia.
Naturalmente, Esteban y sus padres, progenitor y abuelos de la criatura despreciada, permanecieron en su cobarde escondite, entre las brumas discretas de una discreta estancia en un pueblo alejado. Los descendientes de los orgullosos conquistadores, no tuvieron los atributos patrios atribuidos a los ancestrales extremeños que conquistaron y civilizaron América, en nombre de su rey de la iglesia Católica.
Imagino, más bien conozco, las emociones de Amanda y sus padres en el calor del hogar y de la verdadera familia. Tras serenarse los ánimos, tras asentarse las ideas y las sensaciones, se dispusieron a defender con uñas y dientes los derechos de Amanda y Rodín, que nacería pocos meses después.
Esteban y sus padres, pensaron con extrema perversidad: ¡Muerto el perro, fuera la rabia! Pero que equivocados estaban… ¿Imaginarían que en este caso los conquistados vencerían a los conquistadores?
Un prestigioso abogado badajocense se hizo cargo de su caso, poniendo en marcha la maquinaria de la Justicia, que en este caso, hubo de ser engrasada con habilidad, ya que alguno de sus engranajes se resistía a cerrar el inevitable círculo.
Esteban niega la paternidad y aconsejado por sus pérfidos padres (Ciriaco y Antonia), presenta un certificado médico que supuestamente avala la imposibilidad de que él fuera el progenitor de Rodin. ¡Lo que puede el corporativismo…! Al mismo tiempo solicita la separación, esgrimiendo argumentos supuestamente evidentes.
A pesar de ello, se pide por parte de Amanda la prueba de paternidad, con la intención de cotejar el ADN de los padres y del hijo. Se hace necesaria la presencia de Amanda y Rodín en España, obligando a la familia a realizar un esfuerzo económico suplementario, introduciendo así una nueva arma disuasoria. Pero como la fuerza de la razón es más fuerte que la razón de la fuerza, Amanda y su familia afrontan el reto y organizan el viaje a la “madre patria”. Rodín, personaje imprescindible tiene la doble nacionalidad al ser fruto de un matrimonio reconocido por convenios internacionales entre ambos países.
Pero ¡Oh sorpresa! El consulado español correspondiente, retrasa y mas tarde niega este derecho, impidiendo de facto, el traslado y presencia en España del joven hispanoamericano. El poder y las relaciones de su abuelo, hacen llegar sus dictados allende los mares.
Los hechos disuasorios se suceden. Las cuentas de correo de Amanda son interceptadas persistentemente por Ciriaco, que resulta ser por su profesión, un hábil hacker. Las comunicaciones entre ambas orillas del Atlántico han de ser extremadamente sigilosas por Internet, porque nodos ponzoñosos tratan de averiguar estrategias y adelantarse a los acontecimientos.
Pero la justicia prevalece y se impone la cordura, viéndose obligado quien intentó lo contrario, a expedir y entregar la correspondiente documentación para que Rodín viaje de retorno a una de sus Patrias, la Española.
Si es bueno tener una Patria, me imagino que debe ser hermoso tener dos. Y España acogió con sus derechos irrenunciables a Amanda, su hijo y sus padres. Esteban, Ciriaco y Antonia no salían de su sorpresa. Su degenerada soberbia cayó por los suelos, por los mismos suelos que su dignidad hacia meses que se arrastraba.
La prueba de ADN es incuestionable. Y en este caso, proclamó la paternidad de Esteban y por lo tanto sus derechos sobre la familia de su padre. El Tribunal, dictaminó lo oportuno en estos casos, fijando entre otras cosas las aportaciones de Esteban a las necesidades de su ex esposa y de Rodín. No hubo naturalmente recurso. Tal vez, sería demasiado arriesgado entrar en más profundidades.
Naturalmente durante su estancia en Badajoz, Amanda y su familia fueron acogidas por Joaquín y Filo viviéndose días de intensas emociones e intercambio de experiencias y mutuos agradecimientos.
Si, por que de esta historia, que no cuento, aprendieron todos. Se aprendió solidaridad. Se aprendió que todos los hombres son iguales. Que todas las culturas tienen algo que entregar y recibir. Se aprendió que la Justicia y la Dignidad, son también un derecho y un patrimonio de la Humanidad.
Internet, la herramienta global, mantiene la llama del afecto que unió a ambas familias desde aquellas tristes y felizmente superadas Navidades. De vez en cuando, los teléfonos, suman la calidez de la voz, alimentado una eterna amistad a la espera de un reencuentro que algún día, tal vez se produzca.
Cabo primero Placeres ¡A sus ordenes!
Próxima entrega: La inefable aventura del reciclaje urbano.
Hecha esta necesaria corrección, recuerdo que ese día nuestra protagonista y el hijo que gestaba en su vientre, abandonaron Badajoz, tomado un vuelo transoceánico que les permitió (gracias al cambio horario) disfrutar de la entrada del Nuevo Año en compañía de su familia.
Naturalmente, Esteban y sus padres, progenitor y abuelos de la criatura despreciada, permanecieron en su cobarde escondite, entre las brumas discretas de una discreta estancia en un pueblo alejado. Los descendientes de los orgullosos conquistadores, no tuvieron los atributos patrios atribuidos a los ancestrales extremeños que conquistaron y civilizaron América, en nombre de su rey de la iglesia Católica.
Imagino, más bien conozco, las emociones de Amanda y sus padres en el calor del hogar y de la verdadera familia. Tras serenarse los ánimos, tras asentarse las ideas y las sensaciones, se dispusieron a defender con uñas y dientes los derechos de Amanda y Rodín, que nacería pocos meses después.
Esteban y sus padres, pensaron con extrema perversidad: ¡Muerto el perro, fuera la rabia! Pero que equivocados estaban… ¿Imaginarían que en este caso los conquistados vencerían a los conquistadores?
Un prestigioso abogado badajocense se hizo cargo de su caso, poniendo en marcha la maquinaria de la Justicia, que en este caso, hubo de ser engrasada con habilidad, ya que alguno de sus engranajes se resistía a cerrar el inevitable círculo.
Esteban niega la paternidad y aconsejado por sus pérfidos padres (Ciriaco y Antonia), presenta un certificado médico que supuestamente avala la imposibilidad de que él fuera el progenitor de Rodin. ¡Lo que puede el corporativismo…! Al mismo tiempo solicita la separación, esgrimiendo argumentos supuestamente evidentes.
A pesar de ello, se pide por parte de Amanda la prueba de paternidad, con la intención de cotejar el ADN de los padres y del hijo. Se hace necesaria la presencia de Amanda y Rodín en España, obligando a la familia a realizar un esfuerzo económico suplementario, introduciendo así una nueva arma disuasoria. Pero como la fuerza de la razón es más fuerte que la razón de la fuerza, Amanda y su familia afrontan el reto y organizan el viaje a la “madre patria”. Rodín, personaje imprescindible tiene la doble nacionalidad al ser fruto de un matrimonio reconocido por convenios internacionales entre ambos países.
Pero ¡Oh sorpresa! El consulado español correspondiente, retrasa y mas tarde niega este derecho, impidiendo de facto, el traslado y presencia en España del joven hispanoamericano. El poder y las relaciones de su abuelo, hacen llegar sus dictados allende los mares.
Los hechos disuasorios se suceden. Las cuentas de correo de Amanda son interceptadas persistentemente por Ciriaco, que resulta ser por su profesión, un hábil hacker. Las comunicaciones entre ambas orillas del Atlántico han de ser extremadamente sigilosas por Internet, porque nodos ponzoñosos tratan de averiguar estrategias y adelantarse a los acontecimientos.
Pero la justicia prevalece y se impone la cordura, viéndose obligado quien intentó lo contrario, a expedir y entregar la correspondiente documentación para que Rodín viaje de retorno a una de sus Patrias, la Española.
Si es bueno tener una Patria, me imagino que debe ser hermoso tener dos. Y España acogió con sus derechos irrenunciables a Amanda, su hijo y sus padres. Esteban, Ciriaco y Antonia no salían de su sorpresa. Su degenerada soberbia cayó por los suelos, por los mismos suelos que su dignidad hacia meses que se arrastraba.
La prueba de ADN es incuestionable. Y en este caso, proclamó la paternidad de Esteban y por lo tanto sus derechos sobre la familia de su padre. El Tribunal, dictaminó lo oportuno en estos casos, fijando entre otras cosas las aportaciones de Esteban a las necesidades de su ex esposa y de Rodín. No hubo naturalmente recurso. Tal vez, sería demasiado arriesgado entrar en más profundidades.
Naturalmente durante su estancia en Badajoz, Amanda y su familia fueron acogidas por Joaquín y Filo viviéndose días de intensas emociones e intercambio de experiencias y mutuos agradecimientos.
Si, por que de esta historia, que no cuento, aprendieron todos. Se aprendió solidaridad. Se aprendió que todos los hombres son iguales. Que todas las culturas tienen algo que entregar y recibir. Se aprendió que la Justicia y la Dignidad, son también un derecho y un patrimonio de la Humanidad.
Internet, la herramienta global, mantiene la llama del afecto que unió a ambas familias desde aquellas tristes y felizmente superadas Navidades. De vez en cuando, los teléfonos, suman la calidez de la voz, alimentado una eterna amistad a la espera de un reencuentro que algún día, tal vez se produzca.
Cabo primero Placeres ¡A sus ordenes!
Próxima entrega: La inefable aventura del reciclaje urbano.
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