21 febrero 2009

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Fuente:"Hoy"

Ochocientas firmas avivan la controversia por los árboles de Las Descalzas
La Asociación Cívica Ciudad de Badajoz recoge apoyos para avalar un escrito que pide su retirada Los comerciantes y las monjas defienden el nuevo arbolado

EVARISTO FERNÁNDEZ DE VEGA


Los árboles sirven para delimitar la calzada de la zona peatonal. Sólo es un tramo de calle, apenas 100 o 150 metros de trayecto, pero la obra que se ha llevado a cabo en la calle Francisco Pizarro no deja indiferente a nadie. La desaparición de las aceras y su conversión en plataforma única parecen haber recibido una aprobación casi unánime, pero no ocurre lo mismo con los árboles colocados frente a la fachada del convento de las Clarisas Descalzas, popularmente conocido por acoger en su interior la venerada imagen del Cristo de la Espina.

Las primeras críticas fueron lanzadas por la Asociación de Amigos de Badajoz, cuya directiva argumentó que actuaban como pantalla ante un edificio protegido. Casi dos meses después es la Asociación Cívica Ciudad de Badajoz quien ha llamado la atención sobre esa misma cuestión. La diferencia radica en que este colectivo ciudadano apoya su opinión en 800 firmas que serán remitidas al Ayuntamiento de Badajoz para que sean tenida en cuenta.

Una de las responsables de esta iniciativa ciudadana es María Penis. Ha sido ella quien ha escrito un emotivo artículo titulado 'Partículas en suspensión' con el que pretende denunciar lo que considera un atropello. «Hoy sólo pretendo descargar mi desconcierto ante esta rara decisión de ocultar la historia tras unos árboles», dice en un fragmento.Penis reconoce la importancia de salpicar el casco urbano con plantas que aportan frescura y frondosidad, pero entiende que el lugar escogido para esos árboles no es el adecuado. «Con todos los sitios que tenemos para plantarlos, no entiendo por qué se elige ese lugar».

La Asociación Cívica Ciudad de Badajoz ha llegado al convencimiento de que los ejemplares de Ginkgo biloba colocados junto a la fachada terminarán privando a la ciudad de la contemplación de una de las construcciones con mayor sabor popular. «Dicen los técnicos, los que presumen de saber, los que imponen sus gustos estéticos, que arquitectónicamente no tiene valor, y yo sin ser entendida en la materia, sin necesidad de serlo digo, tampoco los dólmenes de Valencia de Alcántara lo tienen, son cuatro piedras apoyadas unas junto a otras, sin embargo a nadie se le ocurriría esconderlos bajo un montón de hojas, de plantas, de árboles, a nadie con un mínimo de sentido común».

Los planteamientos de la Asociación Cívica son claros, como también lo es la opinión de la comunidad de Clarisas Descalzas que vive en el convento. Su madre superiora, sor Inmaculada, no dio lugar a la duda. «Nosotras no tenemos huerta ni nada y esos árboles nos parecen estupendos».La religiosa explicó que en la época estival serán muchas las personas que agradezcan su sombra y su verdor. «A la fachada le va a quitar mucho calor y la gente que viene al templo y que pasea por aquí quiere esos árboles».

Una opinión similar mostró Manuel López, la persona que colabora con las monjas para que el convento esté siempre a punto. «Cuando los árboles estén florecidos va a ser una gozada, la acera del convento es criminal cuando el sol aprieta».

A favor

En la misma corriente favorable se sitúa la Asociación de Comerciantes del Casco Antiguo de Badajoz, promotora de la obra de renovación de la calle Francisco Pizarro. Los 661.000 euros que han costado esa reforma y el resto de actuaciones (entoldado del Casco Antiguo, papeleras, azulejos explicativos...) están siendo costeados por la Junta de Extremadura y el Ayuntamiento de Badajoz, pero fueron los comerciantes quienes decidieron qué se iba a hacer.

Su presidente, Jacinto Mendoza, destacó ayer las ventajas de la reconversión de ese tramo de calle. «Lo fundamental es que se ha logrado unir la calle Menacho con el Casco Antiguo. Ahora se ve que Menacho tiene continuidad hacia arriba y creemos que la calle Juan Carlos I dejará de ser una barrera».

La asociación cree que lo fundamental de la obra es que pone al descubierto las ventajas de la plataforma única, cuya extensión hacia Menacho y la plaza de la Soledad parece garantizada por el Ayuntamiento. «Esa es nuestra opinión, pero si nos preguntas sobre los árboles diremos que es una decisión en la que no hemos entrado. Fueron los técnicos de Parques y Jardines quienes eligieron esa especie y yo opino que se trata de una elección correcta: mejor será eso que ocho coches aparcados en la acera».

Tampoco la hermandad del Cristo de la Espina ha querido permanecer al margen. Su hermana mayor, María Jesús Mediero, reconoce que las plantas han causado cierta inquietud. «Nosotros le planteamos la cuestión al alcalde, porque tememos que los pasos no quepan entre las copas de los árboles colocados en ambas aceras. De momento no se van a quitar, pero el nos prometió que si llegasen a molestar se tomarían medidas».

1 comentario:

  1. La verdad que es triste que en esta ciudad pasen estas cosas, se gastan una millonada en chorradas y luego tiene las calles del casco antiguo como las tienen, con baldosas rotas, las casas que se les cae la pintura a trozos, yonkis por todos lados.Indignante asi no me extraña que nos digan que somos los que más recibimos del estado y los que menos aportamos, con cosas como esta Extremadura esta donde esta, por méritos propios.

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